Las 10 Nuevas Reglas de "La Pausa" Relacional
- Julio Cezar Dantas
- hace 6 días
- 4 Min. de lectura

La Pausa te permite cuidarte a ti mismo y cultivar tu vínculo con los demás.
Terry Real desarrolló y describe enfáticamente La Pausa como una de las más grandes habilidades relacionales, que nos permite a cada uno recentrarnos, recordar el amor y construir alianzas sólidas y valientes.
1. Usa La Pausa como un cortocircuito
Una Pausa es un freno de emergencia: como tirar del cordel que detiene un tren fuera de control. Sirve para DETENER una interacción que ya cruzó la línea o está a punto de hacerlo. Las Pausas tienen una sola función: cortar en seco una interacción psicológicamente violenta o poco constructiva entre tú y tu(s) pareja(s).
2. Pide La Pausa desde el “yo”
Pedir un time out tiene TODO que ver contigo y NADA que ver con la otra persona. Es decir: “No me gusta cómo me estoy sintiendo ni lo que estoy haciendo o a punto de hacer o decir”. También estás diciendo: “Independiente de cómo tú veas el problema, yo necesito un time out, así que lo voy a tomar”.
3. Toma distancia con responsabilidad
Las Pausas son una forma de tomar distancia y eso puede hacerse de forma provocadora o responsable. La forma responsable tiene dos claves: 1) una explicación y 2) una promesa de regreso. Por ejemplo: “Esto es por lo que necesito alejarme, y volveré en tal momento”. Si te vas sin decir nada, o sin aclarar cuándo volverás, eso se vuelve una forma provocadora de alejarse—y puede generar persecución verbal, emocional o física.
4. Usa la palabra "Pausa" o el gesto en Ingles de Time Out (la T con las manos) como señal
A veces, si abrimos la boca, pueden salir cosas feas. Si no puedes controlar lo que vas a decir, haz el gesto de la “T” con las manos o simplemente di “time out”. Tal vez no puedas decir algo amable en el momento, pero sí puedes elegir irte para calmarte. Puedes tener algo pactado con tu pareja como: “Amor, no me gusta cómo me estoy sintiendo y no confío en lo que pueda hacer. Me voy a calmar y volveré cuando esté más centrado/a/e”.
5. No dejes que te detengan
Las Pausas son unilaterales. No es una conversación ni una negociación. No estás pidiendo permiso. Una vez que lo tomas, debes irte. No sigas hablando, no te quedes en la misma pieza. Va a otra habitación y cierra la puerta suavemente. Si tu(s) pareja(s) no te deja(n) en paz, sal de la casa—con o sin los/as/es niños/as/es—y anda a tomar un café o caminar un rato. Si te bloquean físicamente, considera llamar a un amigo o, en casos extremos, a Carabineros/la policía. Tienes derecho a tomar espacio por el bien de la relación.
6. Haz chequeos a intervalos preestablecidos
Tomar distancia de forma responsable no es un castigo ni una venganza, es una forma de calmar las cosas. Por eso, es clave que hagas chequeos con tu(s) pareja(s) a intervalos regulares: 20 minutos (mínimo), 1 hora, 3 horas, medio día, un día completo, o hasta el otro día (máximo). Puedes hacerlo en persona, pero a veces un mensaje o una llamada funciona mejor. La idea es ver si tú y tu(s) pareja(s) están listos para reconectar. Respetar los límites de todos/as/es es fundamental.
7. Recuerda el objetivo
El objetivo de La Pausa es detener comportamientos emocionales inmaduros, violentos o destructivos. Eso es más importante que cualquier otra cosa en el momento. Mejor comunicación, más presencia emocional o negociación solo pueden ocurrir si primero somos capaces de detenernos antes de actuar con rabia o crueldad. Sin eso, nada más funciona.
8. Vuelve en buena fe
La Pausa se termina cuando las parejas están lo suficientemente centradas como para volver a tener una interacción positiva. Solo tú puedes saber si estás realmente listo/a/e para volver—tu pareja no puede decidir eso por ti. Estar listo/a/e significa que ya no estás con resentimiento, ni con enojo escondido, ni atrapado/a/e en la culpa. Vuelve cuando sepas, desde adentro, que puedes estar en paz.
9. Pon una pausa de 24 horas sobre el tema original (y otros temas conflictivos)
Un error común después de La Pausa es volver de inmediato a hablar del problema que causó el conflicto. No lo hagas. Probablemente solo reiniciará la pelea. En vez de eso, prepárense un té, dense un abrazo. Esperen 24 horas o acuerden otro momento para retomar el tema.
10. Sabe cuándo, dónde y cómo pedir ayuda (¡y hazlo!)
Si hay temas (como hijos/as/es, sexo, plata) que siempre terminan en conflictos feos, es señal de que necesitan ayuda externa para poder hablar mejor de eso. Puede ser alguien de confianza, un líder espiritual, un asesor financiero, un terapeuta, o coach. Si hay muchas áreas con conflictos repetitivos, quizás es momento de hacer trabajo relacional más profundo. Reconocer esto no significa que tu relación está mal; al contrario, es una forma de cuidarla—y de cuidarte a ti también.
La versión original de este material se encuentra en www.terryreal.com. Fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial y luego editado. Está destinado a los pacientes de habla hispana de Julio C. Dantas.
Comentarios